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El arte de cebar mate

Mate dulce

Al cebar mate dulce no se ajusta la yerba, ya que no interesa mucho el sabor de la yerba, y por eso se usa otro tipo de mate, el poro, que tampoco permite realizar esa maniobra. Y tampoco se da vuelta la yerba, sino que la bombilla se va moviendo en redondo, y siempre en el mismo sentido, alejándose de la yerba usada y buscando la que puede rendir sabores.

La temperatura del agua suele ser más elevada que la utilizada para cebar mate amargo, ya que el azúcar daría la sensación de que está frío. En las provincias centrales, como Córdoba, se suele utilizar agua hirviente para cebar mate, el que por lo general es dulce. Otro detalle que debe tenerse en cuenta en cuanto a la temperatura del agua es que en lugares que están muy por encima del nivel del mar el agua hierve a menos de cien grados centígrados. De tal manera que el agua hirviente de las provincias cordilleranas tiene menos temperatura que la de las mediterráneas, y la de éstas es menos caliente que el agua hirviente de las provincias del litoral.

Por otra parte es costumbre en muchos lugares hacerle agregados diversos al mate dulce, dependiendo de la región del país. Hay quienes le agregan café, con lo que además de cambiarle un poco el sabor, también se consigue que éste se mantenga por más tiempo. Otros prefieren las hierbas aromáticas, como las hojas de menta, cedrón o hierbabuena. Esto también depende del tipo de hierbas que son típicas de la zona. Otro agregado bastante común es la cáscara de naranja, que le comunica el típico sabor a hesperidina de los cítricos.

Por eso los aficionados al cimarrón, o mate amargo, suelen decir que el dulce no es un mate verdadero, debido a que está tan difundida esta costumbre de agregarle otras sustancias que alteran el sabor de la yerba mate.


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